martes, 1 de julio de 2008

Racismo, xenofobia, intolerancia y discriminación. los males que envenenan el alma de la gente

El sistema de castas en nuestro país tiene su origen en la colonia española, donde los descendientes europeos sometían brutalmente a los aborígenes americanos y a los negros que eran traídos del África como esclavos para trabajar en las minas.

Cuando Bolivia nació a la vida republicana el año 1825, los sectores de poder que estaban comandados por españoles y criollos (la aristocracia) fueron los que se atribuyeron para si mismos como únicos privilegiados y merecedores del pleno derecho de nacionalidad dentro de la nueva república boliviana, La nueva aristocracia se volvió latifundista terrateniente y conjuntamente a la oligarquía burguesa fueron prácticamente quienes manejaron los destinos del país a su libre antojo. Españoles y criollos discriminaban y relegaban a los mestizos (cholos), indios (de cualquier latitud de la patria) y a los negros (sambos y mulatos), En esas épocas tanto indígenas como negros ni siquiera eran considerados como miembros de la especie humana. Desde entonces en forma sistemática y abusiva se llevó a la extinción a muchas etnias y tribus de aborígenes (principalmente en el oriente y en el sur de la patria).

Dado que la aristocracia estaba conformada por españoles y criollos, estos consideraban en forma inferior hasta a los propios mestizos (producto de la unión de europeo con nativo americano) a quienes trataban despectivamente con el mote de CHOLOS, aunque éstos hayan sido engendrados por la unión formal, legal y con el consentimiento de la iglesia (en realidad el término de cholo o chola, en esos tiempos era entendido en un sentido despectivo y denigrantemente como a el producto o consecuencia de un acto de violación por la fuerza de europeo a nativa americana). Se cuenta que Andrés de Santa Cruz y Calahumana, uno de nuestros grandes héroes bolivianos en la batalla de Ayacucho, que después fuera nombrado como el gran mariscal de Zepita, y que además llegó a ser nuestro tercer presidente de la república, era ofendido por sus adversarios y detractores políticos, quienes llegaban a tal punto en su menosprecio hacia él, que hasta lo insultaban calificándolo como a un simple “cholo alzado”, por el solo hecho de llevar digna y orgullosamente un apellido materno de cuna indígena.

A través de toda nuestra historia el indígena aborigen (de cualquier latitud de la patria) siempre fue discriminado, sometido y explotado en condiciones muy parecidas a la esclavitud, Los blancos o mestizos (descendientes de la aristocracia) que se convirtieron posteriormente en grandes latifundistas terratenientes, siempre los trataron como a “ganado” o parias. En el oriente se cuentan relatos que los latifundistas terratenientes conjuntamente a sus capataces iban al monte a “cazar salvajes” (aborígenes orientales) ya sea para matarlos a tiros (por simple deporte) o en su defecto, para aprovisionarse de “mano de obra gratuita” y llevarlos a sus estancias o haciendas agropecuarias para hacerlos trabajar como esclavos. Se cuenta también que iban en busca de mujeres y niñas indígenas para raptarlas so pretexto de “ayudarlas a mejorar la raza” y así con ellas satisfacer sus más bajos instintos para procrear a la versión oriental del mestizaje (cholaje), denominándolo cunumi o camba de mier…. (El término “camba” o “cunumi” eran términos peyorativos insultantes dados en forma ofensiva a los cholos orientales, que a su vez también eran los mas pobres y humildes destinados a ser solo los peones o la servidumbre del patrón hacendado terrateniente). De esta forma inmisericorde y abusiva se llevó al exterminio de muchas tribus indígenas selváticos orientales y con ello toda su cultura ancestral, tales etnias como ser los Moncocas, Ayoreos, Bororós, Matacos, etc.

El año 1952 con la reforma agraria implementada por el MNR (partido político que a la cabeza de Víctor Paz Estensoro, hábilmente en forma insólita se adjudicó el triunfo de la revolución popular de las masas, y poniéndose una falsa “mascara de los oprimidos”, se hizo del gobierno nacional y dictó la nacionalización de las minas, el voto universal y la reforma agraria, solo para lograr contentar al pueblo que estaba hambriento, empobrecido y furibundo ya que se había levantado en una rebelión insurgente por medio de una revolución armada, Sin embargo furtivamente el MNR siempre fue afín a los intereses foráneos del imperio norteamericano y las transnacionales), y a exigencia de la revolución nacional (levantamiento armado del pueblo obrero, minero y campesino) supuestamente, se terminó el latifundio improductivo de la tierra y el servilismo casi esclavismo en el país, sin embargo la oligarquía burguesa de la derecha nacional, hizo hasta todo lo posible porque ello no tuviera efecto sobre sus intereses, entonces ello fue una real falacia al pueblo, ya que se dio como tal, solo en el occidente del país, porque en el oriente mas bien se intensificó la posesión de inmensas extensiones de tierras fiscales (millones de hectáreas) en manos de muy pocos latifundistas terratenientes que por esos tiempos y posteriores eran compinches mimados de la politiquería mafiocrática oligarca gobernante de turno, así como también de los gobiernos de la dictadura militar. Estos latifundistas terratenientes consiguieron fraudulenta e ilegalmente hacerse de reiteradas dotaciones de tierras fiscales (sin considerar que ellas pudieran estar pobladas por tribus indígenas selváticos que por siempre hayan habitado esas tierras desde sus ancestros), con las cuales acapararon ingentes extensiones de tierras improductivas (selva virgen, bosque forestal y monte) para usufructuar impunemente de ellas vendiéndolas a los nuevos inmigrantes extranjeros que llegaban al país (por montones) a probar suerte. En cierta ocasión se dio el caso de que un hacendado latifundista terrateniente quien alegando ser el dueño y propietario de unas enormes tierras, por tener los “papeles en orden”, se creía propietario de gigantescas extensiones de tierras en las cuales se encontraban viviendo indígenas orientales que siempre habían habitado esas tierras desde sus antepasados, El hacendado y sus peones se aprestaban a realizar la deforestación y posterior quema de la selva y el monte virgen (por la fuerza bruta se introdujeron dentro del poblado para la preparación de la tierra con motivo de realizar el trabajo agropecuario), Para ello, con toda su artillería agrícola de motosierras, machetes, tractores, etc. arremetieron a tiros contra el poblado de indios orientales (sin considerarles en absoluto derecho alguno a éstos, y tratándolos menos que a simples salvajes que invadían “sus” propiedades). Para echarlos fuera de “sus tierras” hasta embistieron alevosamente con sus miles de cabezas de ganado contra las precarias chozas indígenas y sus pequeños cultivos y chacras que quedaron completamente destruidos, después de lo cual, las reses terminaron pastando dentro del cementerio indígena de esas tribus orientales.

Hoy en Bolivia mas del 99% de la población nacional está compuesta por indígenas y mestizos (cholos, cambas o cunumis) de diferentes clases sociales, tipos y razas, tan solo el 1% o quizás menos está compuesto por los recién llegados y sus descendientes criollos (nuevos inmigrantes europeos o de otras latitudes del mundo, llegados al país en los últimos 70 años), quienes fácilmente se han vinculado e incrustado en los grupos de poder regional (conjuntamente a la oligarquía y aristocracia nacional) para prosperar y enriquecerse aprovechándose de la ignorancia, humildad y sencillez de nuestra gente.

Es insólito e inaudito, pero estos extranjeros recién llegados (nuevos inmigrantes y su descendencia criolla) conspiraron en los últimos tiempos contra nuestro propio país y adoptaron embusteramente en la actualidad el término “camba” como algo totalmente distinto y diametralmente diferente a lo que en verdad es, dándole mentirosamente una connotación y sentido casi de tipo “étnico regional único” que identifica a lo procedente del oriente boliviano, Todo esto en realidad es una vil falacia y tiene como única finalidad, aglutinar a cientos de miles de pobres y juntarlos como un rebaño al lado de un pequeño grupo de jerarcas latifundistas terratenientes que manejan los sectores de poder regional político, dirigencial y cívico en el oriente, quienes usan toda su artillería mediática (radio, TV y prensa) tan solo para auspiciar como una carnada o cebo el apelativo de “camba”, para dar un sentimiento de carta de ciudadanía regionalista a la gente común y así atribuirse ellos para sí mismos la representatividad del pueblo oriental (pobre y explotado) todo y usarlos como pretexto para reivindicar trivialidades con el único fin de salvaguardar sus propios mezquinos intereses de casta oligarca burgués. Estos extranjeros recién llegados y su criollada conjuntamente a los sectores de poder regional, hoy por hoy, están flagrantemente empecinados en un afán sedicioso y separatista denominado inocentemente como “autonomía departamental oligarca”.

Los latifundistas terratenientes siguen en la actualidad impunemente sometiendo y hasta masacrando a los aborígenes orientales (chiriguanos, ayoreos, guaraníes, chiquitanos, kollas (quechuas y aymaras), etc.

La discriminación a los indios (de cualquier parte del país) siempre ha sido atroz y hasta denigrante, mas que todo, porque se lo ha disimulado hipócritamente manteniéndolo oculto bajo un manto sombrío de impunidad y fingimiento social que lo ha tapado sistemáticamente, hasta quizás lograr que por lo menos esos “indios salvajes” por medio del mestizaje se conviertan en un tipo de híbrido mas “asimilable” con los estándares requeridos por el medio ambiente y la sociedad. Estúpidamente jamás se los ha valorado en su total integridad y tal como son, o por lo menos se ha intentado comunicarnos mejor con ellos, para aprender su idioma, sus tradiciones y su cultura que obviamente nos permitan comprenderlos mejor, como también, aprender de sus conocimientos y saberes ancestrales que han hecho posible su éxito, desarrollo y permanencia hasta hoy en día como culturas originarias subsistentes, para así también tomarlos como a nuestros iguales sin ningún tipo de prejuicios e integrarlos al país para que todo su potencial individual y colectivo puedan servir en coadyuvar para forjar y engrandecer la patria. Ha habido mucha mezquindad, prejuicios y principalmente hipocresía por parte de gobernantes, sectores de poder, empresarios agroindustriales y el pueblo mestizo todo, por haber desde siempre marginado e ignorado a los indígenas de todo el país, que por cierto entre todos ellos tienen muchas similitudes en sus conceptos tradicionales de la tierra, cosmovisión, valores espirituales o rituales y cultura ancestral, aunque se diferencien entre sí por sus fisonomías, costumbres, lugar de origen e idioma o dialecto.

En realidad si analizamos y vemos con sentido ecuánime, moderado y verdadero, casi todas las culturas precolombinas existentes en toda la América eran muy similares en una gran mayoría de aspectos. Al menos particularmente yo hallo mucha semejanza cultural e idiosincrasia entre los apaches, cherokees, cheyenes, navajos, sioux, etc. de norte América, con los aymaras, quechuas, chibchas, nahuas, quitus, guaraníes, tehuelches, mapuches, yanomamis, etc. del sur de América, es mas, las grandes civilizaciones precolombinas también se asemejaron mucho entre ellos en diferentes aspectos y rasgos pese a su lejanía geográfica, Los incas, aztecas, mayas, nazcas, huaris, etc.

En la América toda, hubo un sistemático y verdadero genocidio contra lo indígena aborigen originario, muchas culturas, etnias, tribus, etc. fueron exterminados o llevados a su posterior extinción y desaparición de la faz de la tierra. Pena por toda la humanidad.

Es inconcebible pero en pleno siglo XXI cuando el desarrollo tecnológico y científico ha avanzado tan vertiginosamente y que han lanzado reveladores datos científicos que avalan que la especie humana es única, ya que el desciframiento del código genético del genoma humano indican que prácticamente todos los miembros del género humano llevamos casi el mismo código genético (sea cual fuere de la raza y color que uno sea; blancos, negros, rojos, verdes aceitunados, amarillos, chinos, caucásicos, indios, etc. Y se sea rey o plebeyo, rico o pobre, religioso o agnóstico, santo o profano, patrón o cunumi, etc.), aún pese a todo, persiste la creencia ignorante y estúpida en mucha gente que se considera a sí misma mas de lo que verdaderamente es y discrimina a otros por ser diferentes o por pensar distinto. En algunos casos se llega al extremo de amedrentarlos, golpearlos o flagelarlos como si éstos no sufrieran o sintieran el dolor o fueran inmunes al hambre, las emociones o los traumas psicológicos.

En Bolivia como en todo el mundo el racismo, la xenofobia, intolerancia y discriminación son solo un pretexto para seguir explotando, oprimiendo y humillando a los más pobres y postergados, En realidad la verdadera lucha antagónica era y todavía es, de los muy pocos ricos del mundo contra los miles de millones de pobres que siempre estuvieron relegados sin ser reconocidos siquiera con los mismos derechos, deberes y obligaciones en sus propias patrias.

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